PRIMERA PARTE
EL ESCANDALOSO LOTEO DE LA EX VILLA EL POCITO CORREGIDO.
ESCRIBE SEBASTIAN IANERO
Nuestros antepasados construyeron una pequeña ciudad a
orillas del Suquía que la bautizaron como “Guemes”, en honor a un famoso
caudillo.
El Suquía era originariamente, un curso de aguas cristalinas,
que dividía como una muralla el centro urbano de las zonas periféricas.
Cuenta la leyenda que nuestros abuelos observaban dos
ciudades: una directa, es decir la que todos conocemos, y otra invertida, a
través del reflejo que brindaba aquel río.
El escritor Italo Calvino en “Las Ciudades invisibles”
describía que “no existe o sucede algo en una valdrada que la otra valdrada no
repita porque la ciudad fue construida de manera que cada uno de sus puntos se
reflejara en el espejo del agua…”
De modo que esta imagen invertida de la ciudad era reflejada
sobre las aguas del río Suquía y luego percibida por algunos habitantes de la
ciudad, quienes se encontraban atrapados por el encanto de las grandes
edificaciones, las luces de neón y el bullicio propio de las grandes urbes.
Esto último, al Rey José Manuel, le encantaba.
Sin embargo, algunos humildes habitantes de la ciudad, un
pequeño grupo de individuos que vivía en un lugar llamado “El Pocito”,
prefirieron ver esa urbe directamente y no a través de su reflejo en el río.
Fue entonces cuando el Rey José Manuel comenzó a
encolerizarse con estos rebeldes habitantes.
El Rey observaba el reflejo del río por horas, días y meses
completos sin apartarse siquiera un segundo.
Últimamente, José Manuel percibía que el río comenzó a
irradiar las más diversas imágenes, engañosas imágenes, provenientes de “El
Pocito”.
Y ya se sabe que cuando el Rey percibe…
SEGUNDA PARTE
De inmediato, el Rey José Manuel comenzó a pensar que debía
transformar la villa turística “El Pocito”, con grandes edificaciones, enormes
antenas, estridentes melodías que deambulan por doquier, el incansable parpadeo
de las luces de neón y el movimiento de los carruajes.
El Rey se encomendó a
Convertibilidad y delegó esa encomiable tarea a la familia más importante del
Reino de Córdoba: Los Porta.
Los Porta tenían el monopolio de la fabricación de una de
las bebidas alcohólicas más poplares del reino: “el fernecito
- Querido amigo, -dijo José Manuel-, te encomiendo esta
noble tarea de urbanizar
zona. No
antecesor el Rey Ramón Bautista, quien tuvo que soportar que gente de la peor
calaña ocupe esas tierras, que por derecha o izquierda me pertenecen a mí, su
Rey, el Rey José Manuel.
- Enviaré a la guardia real para que saque a esas 210
familias de mis tierras. Les asignaré alguna parcela en un lejano reino. Y si
no los logro convencer, les daré algunas monedas oro y plata o el famoso Saco
Real de Alimentos, dijo José Manuel.
Así fue como los habitantes de “El Pocito” fueron
trasladados en grupos a otro reino. Y cuando ya no quedaba ninguno, el resto de
los habitantes de la ciudad observó, a través del río, como poco a poco aquel
predio se fue poblando de las más diversas alimañas, que trajeron pestes a la
ciudad.
Hoy por hoy, algunos habitantes de Guemes saben, que no todo
lo que parece valer fuera del espejo, resiste cuando se refleja.
Sin embargo, otros observan con optimismo los cambios que se
produjeron en
Algunos, a lo mejor los menos, presienten que tanto la zona
céntrica como la periferica de nuestra ciudad viven la una para la otra,
mirándose constantemente a través del espejo… Pero no se aman.
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